Un incendio forestal en la región central de Portugal consumió una extensión de 7.000 hectáreas y dejó al menos 11 personas heridas el domingo, de acuerdo con la información proporcionada por la protección civil. Esta entidad se encuentra en alerta debido a los riesgos asociados al aumento de las temperaturas en todo el país.
José Guilherme, comandante de los servicios de rescate a cargo de las operaciones, señaló que la superficie quemada se estima en 7.000 hectáreas, pero el potencial del incendio podría extenderse a más de 20.000 hectáreas. Destacó que este incendio afecta a un área de gran tamaño con numerosas viviendas y aldeas aisladas, y mencionó que los bomberos están concentrando sus esfuerzos en cuatro puntos críticos donde es probable que las llamas vuelvan a surgir.
En la actualidad, más de mil bomberos se mantienen en el terreno con el objetivo de estabilizar el fuego, cuyo perímetro ya se ha extendido a unos 60 kilómetros, según indicó el comandante durante una conferencia de prensa en el municipio de Proença-a-Nova.
Este incendio forestal, que comenzó el viernes en Castelo Branco, ya había destruido aproximadamente 6.000 hectáreas en las primeras 24 horas, según una estimación preliminar de la protección civil. Las emisiones de humo y ceniza llegaron el sábado hasta la ciudad santuario de Fátima, ubicada en el centro del país.
Otro foco de incendio movilizó a más de 400 bomberos el domingo en Odemira, cerca de la costa suroeste de Portugal. Tiago Bugio, uno de los responsables de protección civil, informó que las llamas están retrocediendo frente a los esfuerzos de combate y detalló que dos frentes del incendio permanecen activos, mientras que un tercer frente, que se dirigía hacia el sur y la región turística de Algarve, ha sido controlado.
Debido a las previstas altas temperaturas, que podrían alcanzar los 40º C en ciertas áreas el domingo, la protección civil emitió una advertencia el sábado de que el riesgo de incendios sería «muy alto o incluso máximo en todo el territorio» durante los «próximos días».
En España, el país vecino, surgió un nuevo incendio a gran escala que amenazaba hogares cerca de las localidades de Puerto Real y Cádiz, en la región de Andalucía (sur).
Mientras tanto, el incendio que había consumido alrededor de 600 hectáreas en Cataluña (noroeste), en la frontera con Francia, se mantuvo bajo control este domingo a pesar de reavivarse en algunas áreas debido a los fuertes vientos. Asimismo, otro incendio que se desató en Bonares, Andalucía, también pudo ser contenido.
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