Fondos para cambio climático olvidan a los niños, según la ONU

En los últimos años, en foros internacionales y multilaterales que tratan la crisis climática global, se ha discutido cada vez más acerca de la financiación necesaria para llevar a cabo las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.

En términos más específicos, se hace referencia a los fondos climáticos, los cuales han sido objeto de debate en las recientes conferencias sobre cambio climático de las Naciones Unidas. Este debate surge debido a las demandas de los países más vulnerables al cambio climático, que solicitan aportes adicionales por parte de las naciones más ricas, quienes a su vez son los mayores responsables de la contaminación, para financiar dichos fondos.

No obstante, según indica un informe recién divulgado, elaborado conjuntamente por Unicef y las organizaciones humanitarias Plan International y Save the Children, se ha descubierto un asunto relacionado con los fondos climáticos que ha pasado desapercibido hasta ahora: ¿cuánto de estos recursos económicos se destinaba realmente a respaldar iniciativas centradas en la protección y bienestar de los niños?

Según las organizaciones y la agencia de la ONU, esta pregunta es crucial debido a que más de mil millones de niños en todo el mundo se enfrentan a un «riesgo extremadamente alto» de verse afectados por la crisis climática, según el Índice de Riesgo Climático para la Infancia desarrollado por Unicef.

Después de examinar cómo se han asignado estos fondos durante los últimos 17 años, la respuesta breve es que ha sido insignificante. De todos los recursos disponibles, tan solo el 2,4% se destinó a respaldar acciones específicas orientadas hacia la infancia, lo que equivale a una inversión de 1.200 millones de dólares.

Los autores del informe, al calcular este porcentaje, que incluso podría ser una estimación exagerada, se enfocaron en tres aspectos fundamentales: abordar los diversos riesgos que los niños enfrentan debido a la crisis climática, fortalecer la capacidad de recuperación de los servicios sociales críticos para la infancia y empoderar a los niños como agentes de cambio.