
Ante el proyecto de expansión de la avenida Boyacá en Bogotá, que busca extenderla hacia la Reserva Thomas Van Der Hammen, la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, ha instado a que se respete el Plan de Manejo Ambiental establecido en 2014 y a que se realice un estudio de alternativas que permitan garantizar la movilidad urbana de manera eficiente, utilizando de manera adecuada el suelo y sin afectar aún más este ecosistema de gran importancia para la ciudad.
La ministra enfatizó que proteger los derechos de participación no significa obstaculizar el desarrollo de Bogotá, sino asegurar que la ciudad avance de manera sostenible. Por esta razón, se ha solicitado la realización de una audiencia pública. La premisa principal es mantener el cumplimiento del Plan de Manejo Ambiental y buscar una solución que no resulte en la creación de una autopista de 12 carriles, lo que agravaría la fragmentación de la Reserva Thomas Van Der Hammen. Esta reserva tiene una relevancia regional crítica para garantizar la estabilidad climática de la ciudad.
La ministra también subrayó que la ampliación de la avenida Boyacá está llevando a la pérdida de áreas destinadas a la restauración ecológica, ya que estas áreas quedarían debajo de la vía y son esenciales para mantener la conectividad entre los cerros y el río Bogotá.
En este sentido, Muhamad se unió al presidente Gustavo Petro en su rechazo a la extensión de la vía, argumentando que si se prolonga la Avenida Boyacá a través de la reserva forestal del norte que este gobierno pretende consolidar, se dañaría irremediablemente la Reserva Forestal Thomas Van Der Hammen.
Van Der Hammen, ecosistema estratégico
La Reserva Thomas Van Der Hammen abarca unas 1.400 hectáreas y representa un valioso patrimonio ecológico, histórico y cultural dentro de Bogotá, con características únicas que no se encuentran en ninguna otra área de la ciudad.
Esta reserva desempeña un papel crucial como enlace y puente entre la zona montañosa y el río, asegurando una conectividad ecosistémica entre los Cerros Orientales y el río Bogotá. Su función como barrera contra la expansión urbana y su contribución como un pulmón verde en el norte de la ciudad, que preserva la biodiversidad local, subrayan la importancia crítica de su preservación.
Por lo tanto, la reserva es fundamental para mantener la conexión entre fragmentos aislados de bosque y para garantizar la continuidad desde el lado oriental del río hacia los cerros. Los planes de restauración ambiental en esta área tienen como objetivo principal la creación de un bosque urbano con el propósito de preservar la conectividad ecológica entre los Cerros Orientales y el río Bogotá. Esto incluye la conservación de los acuíferos subterráneos, la mejora de la calidad del aire y la protección de la diversidad de especies y su actividad en esta región.
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